Hoy que el sol comienza a calentar las plazoletas y calles empinadas,
cuando el caminar, en lugar de ser agotador es como un bálsamo donde ungir los pensamientos, digamos le al universo abiertamente, con la respiración pausada y lenta, aquella que la travesía merece.
Lo a gusto que se puede llegar a estar en la vida, sin nada, sin pretensiones , sin aspavientos innecesarios. Quizás no sea el mejor momento , tal vez elegimos la tarde y el ocaso para este paseo, cuando nos hubiera hecho falta, empaparnos del reséncio matinal , de las luces matizadas por verdes trigales, humedecidos de esperanza, mas que importa, tiempo habrá para pasear, mañana, tarde, medianoche e incluso hasta que nos llegue el alba.
Hoy deseo refrescarme en tus fuentes, sin ninguna prisa; recibir un frío chorro de vida en la nuca, mojar mi pañuelo, ese que hiciera mil veces las funciones de diminuto recipiente de tus tórridos y caudalosos manantiales, no fuera el caso que durante el repecho, allá donde tu sabia no brota, necesite regodearme en el placer del contacto de mis labios en tu esencia.
Ahora es momento de respirar profundamente, lanzar los pasos a infinitos caminos, y llenarse las botas e incluso los pies descalzos, de polvos, barros y aromas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario