Es extraño, ya se que casi no lo apreciaréis en la imagen, pero es que anoche a través de mi ventana todo era inmensamente negro. Era la misma ventana, los mismos pensamientos y el mismo respirar cotidiano y de repente como un naufrago de galaxias infinitas resurgió una pequeña pero brillante estrella, una única , es extraño pues la noche, no se hallaba tapizada por el velo difusor de las tinieblas. Pero ahí estaba ,infinitamente sola ante tanta oscuridad, parecía que quisiera transmitir algo.
!Si estamos solos! ,sin nadie que nos rodėe,nos jalee y nos insufle el aliento necesario para dejarnos llevar de las manos de Morfeo al paraíso incierto de los sueños, más aquí estamos, tan solos y no por ello con menos brillo.
Puede resultar extraño pues mil veces dormí con ventanas abiertas al negro infinito de la noche, más esta diminuta estrella q se asomaba para ser testigo de mis sueños, me dio la serenidad necesaria que la oscura noche pensaba arrebatarme.
Ya amaneció, ahora que la estrella diminuta se alejó suavemente al espacio de los sueños cumplidos, queda el regusto que ha dejado en mi ventana, es un tanto triste,de hecho hoy un manto de ceniza cubre todo aquello que se me permite ver a través de los viejos vidrios. De repente y sin saber muy bien ni como ni porque he notado que mi cuerpo necesita que lleguen las algarabías primaverales, que se deshagan los gélidos hielos que adormecen y aturden mis sentidos. Y que el sol le coja el relevo a esa diminuta estrella, que anoche ante tanta oscuridad fue capaz de acompañarme al eterno paraíso de los sueños.
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