Al alba esperaba que jamas se adormecieran tus sueños,
no pude verte lucir esplendores
no pude jamas gozar la belleza
de tus barros milenarios,
mas me acomodo entre tus piedras
queriendo beber tus aguas
aquellas que fueron
esencia de vida y sabiduría,
de ancestrales amaneceres.
Ahora te sientes dolida
sin saber muy en que lugar,
varar tu memoria,
a quien regar con tu esencia.
Jamas te sabrán reconocer esa labor,
callada, sigilosa
en ese rincón de un antiguo corral,
enmudecido por tus lamentos
te observo, te amo...
y deseo que las fuentes de mis días
sepan beber de tus esencias
y devolverte a la vida
sin brillos, ni algarabías
tan innecesarias como absurdas….
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